Los números índice son series de valores que indican la evolución en el tiempo de una o mas variables. Se utilizan sobre todo en el ámbito económico, por ejemplo para medir la evolución de los precios (tal como el IPC, Índice de Precios al Consumo).
Para calcular una serie de números índice es necesario fijar un periodo base o de referencia, con cuyo valor se compararán los valores de los periodos posteriores. El número índice en este periodo base toma el valor 100. A partir de ahí existen múltiples fórmulas para el calculos de los índices. Los números índice simples determinan la evolución de una única variables a través de una simple división. Por ejemplo, si los precios de un mismo producto en 2018 y 2019 fueron 4€ y 5€ respectivamente y tomamos como base 2018, el índice correspondiente al año 2019 es 5/4x100=125, determinando de esta forma que el precio en 2019 subió un 25%.
En la práctica es frecuente en cambio tener que agregar precios de diferentes productos y calcular su evolución conjunta. Para ello se calculan los números índice complejos, que pueden ser sin ponderar y ponderados. Los índices complejos sin ponderar agregan las diferentes variables de forma directa (en el caso de los precios, se sumarían directamente por ejemplo), pero generalmente hay que tener en cuenta que los precios vienen referidos a productos con diferentes consumos o producciones, por lo que deben ser ponderados o tratados de forma diferente según dichos consumos o producciones. Existen diferentes fórmulas de índices complejos ponderados: los índices de tipo Laspeyres ponderan los precios según la cantidad (consumo o producción) del periodo base, de modo que su cálculo es relativamente simple al requerir únicamente las cantidades del periodo inicial; los índice Paasche ponderan los precios según las cantidades de cada periodo, de modo que la evolución cuantitativa que se obtiene puede ser más realista, pero requiere también de más información, más concretamente de las cantidades de cada periodo.